Postales Caricaturas Promocionales DIJO...
Cartulina, 24,5 x 16 cm.
Finales de los años 60.
Imprenta Cromo Madrid.
Precio unidad: 19€
Postales Caricaturas Promocionales Laboratorio E. Boizot Madrid, del medicamento LA PASSIFLORINE.
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Precio: 19€ unidad.
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Cartulina, 24,5 x 16 cm.
Finales de los años 60.
Imprenta Cromo Madrid.
Para los años que tienen, aún con su trasera oxidada, se podría decir que su estado es EXCEPCIONAL, pues han sido guardadas en un archivador.
Eran Obsequios a los Médicos Dentistas y profesionales de la Salud de aquella época.
Sólo los del listado.
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*.- BENAVENTE dijo...
*.- BLASCO IBAÑEZ dijo...
*.- CERVANTES dijo...
*.- EMILIA PARDO BAZAN dijo...
*.- CANIVET dijo...
*.- GUIMERA dijo...
*.- LARRA dijo...
*.- MARAÑON dijo...
*.- MAUPASSANT dijo...
*.- MICHELET dijo...
*.- MIRABEAU dijo...
*.- MUSSET dijo...
*.- ORTEGA Y GASSET dijo...
*.- RUBEN DARIO dijo...
*.- RUSIÑOL dijo...
*.- UNAMUNO dijo...
*.- WAGNER dijo...
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Extracto de una página Farmacéutica en dónde se habla de estas postales.
https://www.farmaceuticos.com/pam_revista/403/
De la Passiflorine, un específico para dormir, hablé cuando traté de Cervantes (PAM, 2016 vol. 40, nº 391, pp. 238-45). Junto a él, en una carpetita de papel cerrada con sellos simulando lacre verde y negro, el laboratorio E. Boizot de Madrid ofreció al menos diecisiete cartelitos (24,5 x 16 cm) con las caricaturas de diversos intelectuales españoles, franceses y alemanes con una frase al dorso, de cada uno de ellos, referente al sueño. Lamentablemente no aparece el nombre del caricato, sí el de la litografía – CROMO Madrid – en donde se realizaron para el mencionado laboratorio, dirigido por el farmacéutico Ernesto Molina Gatteau, hacia los años veinte del siglo pasado.
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Figura 1.
Además de la citada caricatura de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) incluye la de los franceses Jules Michelet (1798-1874), que fue un prestigioso historiador; Honoré-Gabriel Riquetti, conde de Mirabeau (1749-91) revolucionario, periodista, orador y diplomático; Alfred de Musset (1810-1857), escritor y dramaturgo romántico; Guy de Maupassant (1850-1893), novelista y cuentista. El músico alemán Richard Wagner (1813-1883). El pintor catalán Santiago Rusiñol(1861-1931), el poeta y dramaturgo de la misma autonomía Ángel Guimerá (1845-1924); el diplomático y escritor granadino Ángel Ganivet (1865-1898); el romántico madrileño Mariano José de Larra (1809-1837); los también madrileños Gregorio Marañón (1887-1960), médico, escritor e historiador, Jacinto Benavente(1866-1954) Premio Nobel de Literatura y José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo y escritor; el valenciano Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), escritor y líder republicano; el vasco Miguel de Unamuno (1864-1936), escritor y filósofo; la escritora gallega Emilia Pardo Bazán (1851-1921) y el poeta nicaragüense Rubén Darío(1867-1916).
Figura 2.
¿Quién y porqué efectuaron esa selección? No lo sé. Desde luego la música de Richard Wagner puede inducir a muchas cosas, pero no al sueño, a riesgo de despertarte sobresaltado. Ninguno de los escritores elegidos es aburrido. Sólo Ganivet el maravilloso autor deLas cartas finlandesas/hombres del Norte, con su suicidio en la ciudad de Riga (Letonia) en las heladas aguas del río Dvina, a donde se arrojó con contumacia, luego de haber sido rescatado una primera vez, puede relacionarse – en cierta manera – con el sueño, aunque demasiado pesado para mi gusto. Muchos, Unamuno, Ortega, Blasco Ibáñez, Marañón y desde luego Mirabeau, tienen textos pesados. Pero de ahí a considerarlos inductores del sueño…
En la portada del paquetito en donde se ofrecen las caricaturas aparece el texto de otro escritor no caricaturizado. Se trata del médico y literato sueco Axel Munthe (1857-1949), mucho menos conocido y tal vez por eso no incluido en la galería de retratos. Se trata de una cita de su texto de recuerdos: Le Livre de San Michele, publicado por primera vez en 1929 y que en su tiempo se convirtió en un éxito mundial. Dice: El insomnio no mata al hombre, al menos que él mismo se mate; la falta de sueño es una de las causas más frecuentes del suicidio. Pero mata la alegría de vivir, mina sus fuerzas, chupa, como un vampiro, la sangre de su cerebro y de su corazón. Le recuerda durante la noche lo que un benéfico sueño debía hacerle olvidar. Le hace olvidar durante el día aquello de que debía acordarse. Lo primero que desaparece es la memoria; luego la amistad, el amor, el sentimiento del deber, la piedad, son igualmente barridos, uno tras otros. Lo único que queda es la desesperación, agarrada al navío condenado a guiarle contra las rocas hacia su completa destrucción. Voltaire tenía razón al colocar sobre un mismo plano el sueño y la esperanza.
Como ven una hermosísima manera de hacer propaganda de un medicamento vegetal, a base de Passiflora incarnata, Sauce blanco y Crataegus oxiacanta, para inducir levemente al sueño. Es una lástima que se haya perdido una manera tan hermosa de hacer publicidad farmacéutica, en donde se mezcla la ilusoria belleza literaria con la no menos ilusoria esperanza de solucionar el insomnio con estos remedios tan antiguos y – me parece a mí – tan poco eficaces. Si solucionaban su falta de sueño con esos levísimos remedios vegetales, mejor hubieran empleado la secular ayuda de la leche tibia antes de acostarse, endulzada con poco azúcar o mejor a base de miel, pero puestos a vender medicamentos sencillos, mejor hacerlo bellamente...